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Waldo Ponce con Pasaporte Andino por Andrés Cataldo ![]() Valor que inspira tranquilidad. No sorprende la actitud espontánea al llegar Ponce, en el Centro Deportivo Azul (CDA), junto a la sala de prensa de la U. de Chile, terminada la práctica del plantel, con Waldo dedicado a trabajos de recuperación. Es un hecho que es un jugador gravitante desde su puesto como central, con destacada trayectoria por los equipos en que ha participado: Universidad de Chile, Vélez Sarsfield, U. Católica, Cruz Azul, Wölfsburgo, y el seleccionado nacional en la última copa del mundo con Bielsa, cuando en la etapa clasificatoria jugó en la primera victoria de Chile frente a Argentina en un duelo oficial, con Messi en cancha. Tal como cuando hablamos telefónicamente para reunirnos, acá no se presenta un jugador con vocación de estrella, es un tipo sonriente, y de gran cordialidad. El andino es un defensa respetado en el medio; no es de quebrar oponentes, su potencia se debe a una premisa, saber que ha conocido equipos de renombre en el mundo, pero siempre su referencia principal es su núcleo, su familia. La gran tranquilidad y energía, que da como último hombre en el área, es una característica que no suaviza la otra. Al hablar y detallar situaciones es algo similar, Ponce sabe decir cosas de manera precisa, reflejado en su forma de encarar todos los temas, sabe cuando ser mesurado, pero es certero cuando hay que decir las cosas que no le parecen. Ser de Los Andes, no es un pasado, es un presente lleno de nexos con su esposa también andina, mientras que sus tres pequeños hijos ya saben que en el valle del Aconcagua está la tierra de sus padres y abuelos. Junto a María Oriana Baeza llevan una relación sentimental que comenzó cuando ambos estudiaban en el Comercial de los Andes a los dieciséis años, para luego consolidarse como pareja al viajar a Alemania a los veinte; de cómo ya en Argentina con sus dos primeros hijos, vivieron una etapa de madurez familiar, que para Waldo significaría además coronarse campeón del clausura argentino 2009 con Vélez Sarsfield, en un medio siempre exigente. Con Julieta su hija menor, se marca una etapa de consagración, su padre gritaba su nombre meses antes de nacer; al convertir el primer gol del triunfo de Chile ante Perú en Santiago, en las actuales clasificatorias. Finalmente la menor del clan Ponce Baeza nace en el DF mexicano cuando Waldo defendía la camiseta del Cruz Azul. Detalles como estos, son los que nos hace entender su fuerza en momentos que una rebelde lesión al tendón de Aquiles lo ha dejado fuera de su actividad por un año. Por el contrario, él tiene claro que va a retornar, y es ahí cuando uno percibe que es un hombre de coraje, que da pelea. Waldo Ponce Carrizo, ha tenido que convivir con escenarios adversos que para muchos se vuelven derrota, por el contrario para el andino han sido de crecimiento; quizás por eso es fácil hablar con él. Se nota un hombre sincero, con gran conocimiento de su profesión, que no olvida el gol que más ha gritado en su vida, siendo adolescente, al ver a Marcelo Salas convertir un extraordinario tanto a los ingleses en el mítico Wembley. Sin pensar en ése momento, que sería compañero del 11 histórico, tanto en la U. de Chile como en la selección nacional. Matiza su conversación, pasando de comentar acerca de grandes jugadores y amigos, a la importancia de desarrollar proyectos en su ciudad. Dentro de la conversación jamás se pierde la cercanía con el Valle de Aconcagua; nos habla de sus inicios, de cuando salía a la plaza y de cómo de las 50 personas que veía, saludaba a 40 conocidas. El no estar viviendo de manera continua por su carrera, le ha permitido ver con mayor nitidez el crecimiento de su ciudad. Su vínculo es claro, la manera de referirse a Los Andes, es con lo bueno y malo, su lucidez también la aplica al verse como un andino más. ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol? Yo tuve la oportunidad de venir a probarme acá a la U, dos o tres veces antes de quedar a los 15 años; pero al final nunca me decidía, porque en esos tiempos uno se demoraba más de dos horas en llegar a Santiago. Finalmente a los 16 llegué acá, vine con la escuela de fútbol de los Andes con el profesor Juan Monsalve, y ahí quedé de manera definitiva. Antes además, hice cadetes en San Felipe entre los trece y dieciséis, la “U”, tuvo que comprar el pase a Unión San Felipe para poder llegar a la U. de Chile. ¿Cuál es tu fortaleza en momentos complicados? Yo principalmente creo que ha sido la familia, y en toda mi carrera, primero mis padres, mi hermana, hasta los perros venían a verme en esos partidos que jugaba allá en cadetes en el Caracol Azul. Y ahora también de parte de mi familia que hemos formado con Oriana. Ya tenemos tres hijos, con mi mujer que también es andina, yo creo que esos han sido el apoyo fundamental en momentos dificultosos; para seguir trabajando y sosteniendo pelea con lo adverso. ¿Cómo fue tu experiencia en el medio argentino? Más que la vida en sí, que fue muy agradable para todo el grupo familiar, hay que destacar lo fuerte que es el fútbol argentino, muy competitivo, de mucha fuerza, mucho roce, “pierna fuerte” era un ambiente diferente en cuanto a las hinchadas por ejemplo. Pero en lo cotidiano, y de amistades fue una linda experiencia para toda la familia, yo creo que lo sorteé bien, maduré harto en Buenos Aires, ya mi hijo Doménico el mayor, tenía un poquito más de 2 años, y Enzo había nacido hace poco, como te digo la vida misma fue bastante grata, en Argentina me adapté muy bien. Fue un ciclo bastante positivo. ¿Cómo ves a tus coterráneos, a tu ciudad; tiene relación ser andino con tu gran capacidad de adaptación en los planteles que has estado? Yo creo que el andino en general se caracteriza en ser buena persona; la ciudad ha crecido un poquito más, pero sigue manteniendo la esencia de lo que es un pueblo. Aún así ahora está más grande, no sé por ejemplo yo me acuerdo que cuando estaba chico, de las 50 personas que me cruzaba saludaba a 40. Creo que ha crecido por el tema de la minería, y eso, ha cambiado un poco la esencia que tiene de pueblo. Pero el andino en general se caracteriza por ser amable, afable. Es una persona que se da con distintos tipos de personalidades, y eso creo que ha sido importante para adaptarme en planteles en Argentina, Alemania, México, acá mismo; en la vuelta a la U. En Alemania tuve la suerte de jugar con varios argentinos con los cuales tuve gran cercanía. La verdad que cuando estás en países donde no se habla tu idioma, lo más cercano son personas que hablen castellano. Yo la verdad, al lado que fui, siempre me hice amigo de jugadores argentinos, presentes en la mayoría de los equipos en todo el mundo, se produce una afinidad debido a que soy una persona que me gusta escuchar, y uno no puede olvidar que como andino, estamos acostumbrados siempre a recibir bien a la gente. Yo tuve la suerte de siempre estar bien afiatado con los grupos, por eso se valora quienes te ayudan a adaptarse, como fue el caso en Alemania cuando era muy joven, hubo jugadores de gran jerarquía que me dieron buenos consejos. ¿Fuiste amigo de Andrés D´Alessandro? (seleccionado argentino, Wolfsburgo, San Lorenzo, Internacional de Porto Alegre, futbolista del año 2010 en Sudamérica) Sí, hay muy buena onda con Andrés, y mi señora todavía tiene comunicación con la mujer de él, tuvimos la oportunidad de ir a su casamiento en Argentina, esto fue después de mi estadía en el fútbol alemán; ellos se casaron en su país, pero como te digo al lado que he ido, me he encontrado con muchas personas que me han ayudado a adaptarme muy rápido a lo que es cada país. ¿Cuéntame más de tu familia? Mi mujer es andina María Oriana, mi primer hijo hoy de siete años se llama Doménico, luego viene Enzo -por Francescoli le pregunto- Enzo Román me responde y ríe. (Hace alusión obviamente con Román a Riquelme) Entre 9 y medio y 10 entonces, le digo. Claro me dice. Tiene que jugar de mediocampista vuelve a reír. Y mi hija menor Julieta que es mi consentida. ¿Cómo fue creciendo la familia, y qué relación tienen ellos con Los Andes? Mira los dos primeros nacieron acá en Santiago, y Julieta en México, pero ellos tienen un nexo grande con los Andes, porque están su abuelos, están sus primos. Todo el ambiente familiar es andino. A ellos les encanta ir a los Andes, comparten mucho con sus abuelos, yo tengo la suerte de tener un complejo deportivo en la ciudad, tengo mi casa; y al lado está la casa de mi mamá. Por eso ellos comparten mucho con sus dos abuelas. Bueno en realidad es una relación muy cercana, además queda cada día más cerca, con las autopistas que hay ahora; una buena carretera, estás a una hora o un poco más de Los Andes, entonces no es una lejanía; cuando tengo tiempo, siempre vamos. Así que el nexo sigue siendo tan fuerte de parte mía y de mi familia. ¿Te dejó algo especial la experiencia de jugar junto a Marcelo Salas? Yo tuve la suerte de jugar con Marcelo, y tuve la inmensa fortuna de tener una camiseta que él me la autografió. Porque claramente es un ídolo, el gol que más he gritado en mi vida, ha sido uno del Matador, el de Wembley en Inglaterra; un golazo, con un gesto técnico, en toda su expresión. Incluso no he gritado tanto un gol mío, pero definitivamente el gol más gritado en mi vida es el del Matador, así que alcanzar a jugar y compartir con él, fue una gran fortuna, por muy compañero de equipo que fuéramos, siempre lo traté con mucho respeto. El es una gran persona, y como jugador alguien excepcional. ¿Hacer lo que ha hecho Salas en su ciudad Temuco, te llama la atención en relación a Los Andes? Sí yo siempre me mantengo unido con lo que es Los Andes, por eso también pude invertir parte de lo que he ganado en un complejo, y además está pensado invertir en proyectos o cosas más importantes; pero sí también quiero contar con el apoyo. No tanto de otros inversores, sino de la parte administrativa de los Andes, en que sean más flexibles, uno invierte su dinero para lo mejor de la comuna, pero yo me he visto con muchos problemas a la hora de conseguir algún permiso. No quiero que me lo regalen las cosas o los trámites. Te pongo un ejemplo de lo que pasó con la cancha que tengo en Los Andes; el tema de la patente, me la dieron recién a los dos años de construida, con muy buenas instalaciones. Pero me pedían más y más papeles, cosas así. Yo decía, hay locales comerciales que no tienen ni baño. La intención es hacer algo bien hecho y lindo. Pero me encontraba con muchos detalles, falta un poquito más de claridad y apoyo. Eso es lo que yo pido, aún así mantengo la idea de invertir en Los Andes en infraestructura deportiva. Bueno así que ahí están esos proyectos, que justamente espero poder desarrollarlos, y con el apoyo de la gente que esté a cargo. ¿Cuál es tu visión frente a estos detalles? Como te digo yo no espero saltarme ningún paso, nunca lo he hecho, cuando fui a renovar mi licencia de conducir en los Andes, hice la fila como cualquier andino. No sé… cualquier cosa así yo la hago, no me siento una persona diferente, y esos son los valores que me enseñó mi familia, y yo lo respeto siempre. Más si soy de Los Andes, no veo porque no tener que hacer una fila de un cine por ejemplo. Yo no tengo problema en hacer lo debido, tampoco se refiere a no hacer un papel que deba hacer, en eso soy riguroso. Que los trámites se simplifiquen, se masifiquen. ¿Cómo ves el apoyo y la posibilidad de proyectar cosas en Los Andes? Los Andes ha crecido bastante, es una ciudad linda, cercana a Santiago, que tiene la cordillera al lado, que para mí pienso que falta sacarle provecho. En ese sentido la gente a veces es un poco fría cuando hay un proyecto nuevo, hay apoyo en la primera parte y luego se cae. Te doy el caso de Trasandino, la gente va a los partidos, cuando está en la liguilla por ejemplo, y cuando me ha tocado ir al estadio, muchas veces hay algunos que van a insultar a los jugadores; eso es lo que le falta un poquito a la gente. Sentir más ser de Los Andes, apoyar siempre. No sólo en el fútbol, en muchas actividades e iniciativas que aporten a Los Andes. Hay gente que trabaja con todo su cariño; lo he vivido desde niño, gracias a personas que creen en uno, se sale adelante. Pero falta más de ese apoyo, el que resulta fundamental. Yo no tengo problemas, porque a mí la gente siempre me saluda, ahora me pregunta por mi lesión, y es muy amable conmigo, no me puedo quejar, pero de repente hay cosas de las que me he dado cuenta, como el tema de Trasandino, te vuelvo a decir, son cosas que no me gustan y espero que la gente lo cambie, para que el club de una vez por todas juegue en una división mayor. ¿Cómo enfrentas esta situación de la lesión? Siempre a las cosas malas hay que buscarle lo bueno, el otro día justamente lo hablaba con un amigo, la posibilidad de ahora estar cerca de mi familia. Yo como jugador en total actividad, en algunas situaciones estaba a veces concentrado un mes. Sólo me era posible verlos en dos ocasiones, eso es difícil. Lo positivo es que ahora he rescatado tiempo para mi familia, el que antes no se podía concordar con la profesión, cuando estás completamente dedicado en una actividad que es de muchas concentraciones, con lapsos que actualmente en el fútbol ocupan casi todo el año, entre viajes, partidos de campeonato y compromisos internacionales, no es algo que lo vea como perdido por el contrario mi tema es siempre dar batalla. Mi hijo Doménico estuvo justamente ayer de cumpleaños, y de sus siete cumpleaños, que ha tenido sólo había podido estar presente en dos. Ahora, se dio la oportunidad de acompañarlo. Al no estar aún recuperado 100% de mi lesión. Quizás si ya estaría jugando sin el problema en el tendón, podría haber estado concentrado para las clasificatorias de la selección o para el partido de la “U”. Afortunadamente estuve en el nacimiento de todos mis hijos, eso es con o sin lesión. Estas son situaciones que se valoran de otra forma en momentos duros, que gracias a estas situaciones con los más queridos, eso te impulsa para seguir, para no tirar la toalla y dar pelea siempre. ¿Cómo conociste a Oriana? Ella también es andina, nos conocimos, en el Comercial de los Andes, a los 16 años, llevamos 14 años juntos, de ahí siempre. La primera experiencia de vivir juntos fue en Alemania y ella siempre se preocupó de mantenernos ligados a Los Andes. Es toda una vida, o la mitad de la vida juntos. ¿Cómo te definirías? Es difícil definirme, de repente es mejor preguntárselo a alguien cercano. Pero me considero una buena persona, amigo de sus amigos, en el buen sentido; cuando dicen algo equivocado de mí, siempre siento el apoyo de muchos. Creo ser un buen papá, trato de apoyar a mis hijos en todo lo que sea posible, soy una persona de casa, no soy del tipo que le guste mucho carretear. En lo general en el fútbol yo siempre lo dejo un poco de lado, no me pongo calificativos como jugador sino que siempre para mí es crecer como persona; me parce más importante a que te digan: “mira este es un buen jugador, o este ganó tantos campeonatos” hay logros son importante por el esfuerzo, eso lo he podido reflejar, ser buena persona también apoya en el fútbol y también cuando me ha tocado ser capitán. ¿Ves tu futuro en Los Andes? Uno que es andino sabe lo que es vivir en una ciudad pequeña, en relación a vivir en Santiago. Claro que tengo la idea de volver algún día a mi ciudad que es los Andes. Por el momento está el tema de los hijos, y sus colegios, ellos van creciendo, sus compañeros y todo eso; pero ojalá se de en un futuro cercano, como te digo tengo varios proyectos para hacer. ¿Qué nos cuentas de tu complejo deportivo Show Center? Es un lugar de esparcimiento, principalmente en el tema del fútbol; pueden ir a jugar ahí a la cancha, está el tema del restaurante, lo normal que se da después de los partidos, comer algo entre amigos; conversar comiendo o tomando algo de la carta del lugar con los amigos, en fin, el agrado que se puede establecer en un sitio con buenas instalaciones. En una reunión entre compañeros de trabajo o amigos, además de quienes acompañan a los que juegan. Un poco pensado en eso, vincular a la familia con quienes les gusta el fútbol por recreación, a todas las edades; está mi papá a cargo del tema, los invito a que puedan acercarse. La mayoría de la gente de Los Andes yo creo que ya conoce, o ha escuchado acerca del “Show Center”, y han probado lo que son las instalaciones que son de primera. Con desenvoltura da las gracias por la entrevista y en especial a los que desean su pronta recuperación, su simpatía no se acaba con el “REC” de una cámara o grabadora, me dice que lo llame cuando esté la revista, se despide comentando muchas cosas que inspiran confianza, y va a hacia los estacionamientos. Luego me quedo pensando, un momento en lo rápido que tienen que madurar los jugadores de fútbol, y con mayor razón cuando hacen noticia por su destreza y no por espectáculos arrogantes fuera de la cancha. Es por eso que cuando lo veo despedirse desde su auto con la mano extendida, me doy cuenta que ante todo, su fuerza como persona proviene de la paciencia, lo que en la jerga del fútbol llaman: “los tiempos”, es decir, saber llegar justo al momento de manera exacta, salir de apremios de manera elegante, sin peligro para los tuyos. Y para eso, hay que estar “centrado” en algo, en un punto que no te desequilibre. Es por eso que ha podido estar cómodo en diferentes ciudades del mundo, en grandes planteles, porque cuando se alteran las hojas de ruta, hay que tener un eje muy potente, que hacen ver que en el caso de Waldo, es su familia, su núcleo cercano. | ||||||||||
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